lunes, 6 de julio de 2009

Hoy es mi carpleaños

Hoy cumplo un año dentro del carpfishing. Un año lleno de acúmulos marcados por mi imparable interés en absorber todo lo referente a esta disciplina y por una clase de ansiedad generada por la consciencia de la amplitud del restante por asimilar.

-- Muchos han sido los hechos acontecidos desde que aquél día recibiera en mi domicilio el primer pedido a la tienda El Carpon y dos días después probara suerte en el Pisuerga. El registro en passion y otras más páginas del ramo, junto a los primeros contactos con personas ya iniciadas en el carp, supusieron el lanzamiento definitivo a eso que llaman carpfishing.
Desde entonces, hasta ahora, el devenir de los hechos ha marcado un antes y un después en mi afición por la caña. Si anteriormente las distancias a recorrer no superaban los 150 kilómetros, detrás de lucios, truchas, salvelinos, reos y salmones, ahora es raro el viaje tras los ciprínidos, que descienda de los 400. Y es que el pescador pinciano nunca tuvo fácil llegar hasta el río en busca de un pez.

-- Nuevos compañeros, nuevos escenarios, especies conocidas, pero tentadas con técnicas novedosas para mí, hicieron del carpfishing algo realmente interesante y cargado de embrujo.

-- El Pisuerga y el Tormes, Sierra Brava y Peñarroya, un lugar de La Mancha y recientemente el Ebro, han sido las aguas que me han visto crecer en esta modalidad. Bolos descomunales y triunfos rotundos, intermediados con sesiones de resultados decorosos, educaron mi ansia de romper una y otra vez los máximos resultados obtenidos hasta la fecha. Resulta curioso darse cuenta como unas aguas han templado mi avidez.

-- Evidentemente una técnica como el carpfishing, de relativa reciente introducción en España suscita potenciales intereses económicos; algo lógico, si se medita livianamente, lo que no obsta para repudiar la oscuridad de los intereses con los que otros se acercan a este nuevo mercado. Excursiones organizadas, compuestas por “gente joven”, nuevo, largo y profundo filón, cuya veta hay que explotar con los ruidos, luces y colores que el carpfishing entraña, es uno de esos hechos, cuando menos preocupante.

-- Rivalidades entre páginas del ramo y la utilización de estas en determinados sentidos, así como el posicionamiento al lado de una u otra, han llegado a provocar que los que antes fueron compañeros en la orilla, ahora casi no se miren a la cara.

-- Sospecho que todas estas cosas forman parte del invento, sobre el que pesa taannnntoo cuento...... . Sea como fuere…, que los dioses me mantengan al margen de todas ellas, para poder seguir disfrutando del carpfishing con mis cañas y mis cámaras, sin necesidad de vestir un sponsor, bailar con la misma, apareciendo con distinto traje, asegurando haberla sacado allí, con ése boilie.... y sobre todo y por encima de todo…., sin deberme a nada ni a nadie, siendo mi única preocupación romper nuevamente el metro y la báscula, pese a que las aguas hayan intentado calmar mi avidez de resultados.

Hoy es mi carpleaños.